Por Olivia González Aguilar
La coordinación motriz es aquella capacidad que tenemos para poder mover nuestro cuerpo a voluntad, en una forma armónica; se divide en dos grandes grupos: la coordinación motriz gruesa y la coordinación motriz fina. Aunque aparentemente la primera es el fundamento de la última, en realidad no es así, ya que pueden darse en forma independiente y lograrse un desarrollo mayor en cualquiera de ellas.
¿Por qué es tan importante que el niño desarrolle la coordinación motriz gruesa?
- El desarrollo inicial del sistema nervioso se da en gran medida a través del movimiento, lo que determina las conexiones neuronales que se utilizarán para el aprendizaje de habilidades formales y la adquisición de conocimientos.
- El poseer una buena coordinación le da al niño un sentimiento de dominio de su propio cuerpo y una sensación de seguridad, elementos importantes para el desarrollo de la personalidad.
- El hábito de realizar actividad física acompañará al niño toda la vida, previniendo enfermedades, obesidad, y estrés.
- Se mejora la atención, concentración y memoria.
Un niño con dificultades en la coordinación gruesa puede presentar algunos de los siguientes indicadores:
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¿Qué actitudes dificultan el desarrollo de la coordinación motriz gruesa?
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¿Cómo se puede ayudar al niño a desarrollar su coordinación motriz gruesa?
Tener un tiempo diario o al menos durante el fin de semana para la actividad física:
- Movimientos corporales. Rodar, gatear, arrastrarse, caminar de cangrejo, caminar de rodillas, jugar a las carretillas.
- Andar en bicicleta, en patines, en patín del diablo.
- Juegos con pelotas de distintos tamaños. Botar contra el piso, botar contra la pared, aventar y cachar a un bote, aventar y cachar, pegarle con raqueta, pegarle con bat, patear con un pie y el otro, futbol, basquetbol, béisbol.
- Juegos con saltos. Saltar en dos pies, en uno, en el otro, saltar la cuerda, saltar con el tico-tico, jugar al avión.
- Juegos de equilibrio. Caminar sobre una línea, una barra o un borde para adelante, atrás, de lado; caminar sosteniendo un objeto en la cabeza, caminar sobre zancos.
- Subirse a la resbaladilla, al pasamanos, a los columpios, al sube y baja.
Brindar oportunidades en el hogar para el desarrollo de habilidades.
Dependiendo de la edad del niño se deberá brindar ayuda al principio, un indicador de que ha desarrollado habilidad es que cada vez requiere menos apoyo.
- Vestirse, ponerse los zapatos, bañarse solo, peinarse.
- Ayudar a lavar trastes, poner la mesa, hacer el agua, servirla, ayudar a preparar alimentos, como un postre o hacer galletas.
- Sacudir, limpiar, barrer, sacar la basura, acomodar la ropa, poner la ropa sucia en un cesto, recoger los juguetes.
Cualquier ocasión y ambiente nos puede servir para convivir con los niños y desarrollar su coordinación motriz.
Todo el tiempo que se dedique a favorecer esta habilidad es una inversión que sentará las bases para la autonomía posterior.