Por Olivia González Aguilar
La memoria es la capacidad de fijar experiencias, reconocerlas y evocarlas. Es sabido que una buena memoria facilita el desempeño escolar, sin embargo en ocasiones se piensa que hay problemas para memorizar cuando en realidad la falla tiene otro origen.
Uno de los factores que pueden estar afectando a la memoria es la falta de atención a problemas en los sentidos, una miopía sin lentes o un problema auditivo no atendido, por ejemplo. También relacionado con los sentidos se encuentra el que el niño viva en un ambiente tan restringido que le impida tener muchas y muy variadas experiencias sensoriales.
Otro factor que vulnera la memoria son los sentimientos de angustia y ansiedad. Esta es la razón por la cual padres de familia que estudiaron con sus hijos y comprobaron que se sabían los temas, cuando ven los resultados del examen se dan cuenta que el niño no contestó cosas que se sabía la tarde anterior. Para ayudar a los niños a manejar el estrés es conveniente dedicarles tiempo antes de llevarlos a dormir: ponerles música suave, enseñarles a respirar profundamente, leerles con voz pausada y hacerles un masaje (en las librerías se pueden encontrar libros de masajes para niños).
La memoria auditiva es de importancia fundamental para el aprendizaje de las tablas de multiplicar, así como para adquirir un segundo idioma. Para favorecerla se recomienda enseñarle al niño coplas, adivinanzas, juegos de palmadas y juegos con canciones.
Como catalizadores de la memoria tenemos el interés, la repetición y la intensidad. Esto quiere decir que guardaremos más fielmente aquello que nos divierte, que nos produce un estado de bienestar, (o lo que está en el extremo contrario, nos enoja y molesta), lo que hacemos en varias ocasiones y que constituye un estímulo fuerte. Así se explica el por qué los niños pueden aprenderse todos los nombre de los personajes de sus caricaturas favoritas pero no pueden hacerlo con las capitales o las tablas de multiplicar.
De lo anterior se deduce que la memoria puede incrementarse a través de juegos en los que varios miembros de la familia se diviertan en grupo. En esta ocasión deseamos compartirles un juego de mesa sencillo que desarrolla la memoria visual.
Conos para memoria visual
Material:
- Cucuruchos de papel para tomar agua o vasos de plástico opacos
- Juguetes u objetos pequeños que quepan en los vasos
- Fichas de plástico o frijoles
Desarrollo:
Colocar tres juguetes sobre la mesa y tapar cada uno con un cono.
Inicia el jugador más joven. Debe decir qué juguete hay debajo de cada cono y levantarlo para cerciorarse de que es correcto. Si lo hace bien se ganará un punto representado por una ficha o frijol, si se equivoca no ganará puntos. Continúa el jugador a su derecha.
Una vez que todos los jugadores tuvieron un turno se colocará otro juguete y se tapará con un cono.
El juego continúa aumentando un objeto cada vuelta.
El juego termina cuando ninguno de los participantes diga qué objetos hay debajo de los conos.
El jugador que haya obtenido más puntos será el ganador.